Circos sin permiso para trabajar, llevan espectáculo a las calles

Por más de 80 años la familia Anderson se ha dedicado a llevar sonrisas a los sinaloenses a través de sus espectáculos en el circo.

Sin embargo, en los últimos años ha sido un negocio complicado tras la prohibición de animales en los números, situación que empeoró debido a la pandemia, ya que por más de nueve meses no han podido trabajar, y cada vez es más difícil llevar el sustento a sus familias.

"Nos amarraron las manos, nos incapacitaron como quien dice, y pues estamos bien a gusto porque traemos nuestro espectáculo un ratito aquí, a ganarnos el pesito, y llevar la comida a la mesa" Ricardo Anderson Navarro, Circense. 

"Hemos intentado por otras cosas y no nos ha dado resultados... traer nuestros números aquí al crucero y así es como nos han estado apoyando" Ricardo Anderson Navarro, Circense.

De este circo dependen 17 pequeñas familias, que diariamente salen a las calles a esperar que el semáforo se ponga en rojo para comenzar con su show para los automovilistas a cambio de una moneda.

Malabaristas, payasitos, acróbatas, y hasta monociclistas, de todas las edades, se presentan con orgullo en los cruceros todas las tardes, después de que los más pequeños toman sus clases en línea, pues además de aprender el negocio familiar sus padres buscan que se preparen académicamente. Para ello, han instalado su propia escuelita, donde se reúnen todos los niños para estudiar.

Hasta el momento las autoridades no les permite a los circenses instalar sus carpas, ni les ha brindado ninguna clase de apoyo, es por ello que han buscado otras alternativas para que la tradición circense no muera.

"No nos han ni dado esperanzas, espérense para el otro mes o algo, no, hasta el otro año, y a ver si en tiempo de calor baja esto, y a ver si hay permisos, y ahora a volver a renovar todo lo que se nos está echando a perder ahí... ¿Quién nos va a ayudar?" Ricardo Anderson Navarro, Circense.

Es así como la mayor preocupación de esta familia es que llevando su show a las calles apenas obtienen lo necesario para subsistir, y cuando al fin las autoridades permitan que los circos vuelvan a operar, para ellos será difícil reponer sus materiales.

No obstante, se mantienen positivos, convencidos que el "Espectacular Circo Anderson", que ya es toda una tradición familiar, seguirá vigente, adaptándose a las circunstancias como lo ha hecho durante años.