Representantes del comercio informal entre los que destacan: vendedores de ropa, de esculturas, de comida chatarra y de artesanías se instalaron sin que las autoridades lo prohibieron.
Ni siquiera el operativo que organizó el municipio de Monterrey disuadió a los comerciantes ni a sus clientes.
Dichos vendedores informales se encontraban instalados y operando con normalidad y como sucede casi diariamente se registraron aglomeraciones por la tarde.
Otros comercios formales, principalmente de ropa, simularon estar cerrados, pero en realidad estaban abiertos.
Para disimular cerraron a medias las cortinas metálicas, pero los empleados invitaban a las personas a pesar a realizar sus compras.