Es posible tratar con éxito los trastornos de la alimentación. La detección y el tratamiento temprano son importantes para una recuperación total, las personas con trastornos de alimentación tienen un mayor riesgo de suicidio y de complicaciones médicas.
Los miembros de la familia pueden desempeñar un papel fundamental en el tratamiento, ya que pueden alentar a la persona con problemas de alimentación o de imagen corporal a que busque ayuda. Los familiares también pueden brindar apoyo durante el tratamiento y pueden ser grandes aliados tanto para la persona como para el proveedor de atención médica. Existen investigaciones que sugieren que la incorporación de la familia al tratamiento para los trastornos de la alimentación puede mejorar los resultados del tratamiento, especialmente para los adolescentes.
Los planes de tratamiento para los trastornos de la alimentación incluyen psicoterapia, atención y controles médicos, asesoramiento nutricional, medicamentos o una combinación de estos enfoques. Los objetivos habituales del tratamiento incluyen:
Restaurar una nutrición adecuada
Alcanzar un peso saludable
Reducir el exceso de ejercicio
Detener los comportamientos de atracones y purgas
Las personas con trastornos de la alimentación también pueden tener otros trastornos mentales como depresión o ansiedad o problemas con el consumo de sustancias. Es fundamental tratar cualquier afección concurrente como parte del plan de tratamiento.
Las formas específicas de psicoterapia "terapia de diálogo" y los enfoques cognitivo-conductuales pueden tratar eficazmente ciertos trastornos de la alimentación. Las investigaciones también sugieren que los medicamentos pueden ayudar a tratar algunos trastornos de la alimentación y la ansiedad o la depresión concurrente relacionada con estos.