En la cima del cerrito de la Cruz en la colonia San Vicente, Gladys y su esposo José comenzaron a formar un hogar con sus tres hijos luego de dejar su natal Mazatlán.
Llegar a Guaymas fue un cambio radical donde no solo tuvieron que empezar desde cero sino acostumbrarse a un clima extremo, con un calor sofocante pero también un frio que cala los huesos por las noches donde la llegada de los frentes fríos se caracteriza por fuertes vientos que se cuelan entre la madera y lámina de la casa de Gladys.
El calor humano los ayuda a resistir el frío, recientemente la semana pasada su esposo con ayuda de los vecinos logró crear un techo con laminas que le fueron donadas y finalmente quitar el hule negro que los cubria y temían saliera volando con la ventisca, ha recolectado cartó con el que tratará de cubrir los huecos para pasar las noches más tranquilas pues este fin de semana se espera la llegada del frente frío número 22 con temperaturas bajo cero para la sierra y mínimas de apenas 8 grados para el sur de sonora con vientos de hasta 60 kilómetros por hora en el Mar de Cortés.
Pero a pesar del viento y el frío, Gladys no se rinde, sonríe y contagia a sus hijos, Gilberto de 12, Fernanda de 11 y Manuela que está por cumplir los 10, quienes adornaron un árbol de navidad regalo de sus vecinos y quienes no esperan más que un nuevo cambio de ropa para disfrutar de estos días rodeados del amor de sus padres.