Con un dolor profundo que trascendió a los corazones incluso de quienes no la conocían, despidieron a Andrea Osuna Gil en la institución en la que creció por el trabajo de su padre, maestro por 34 años y donde ella se desempeñaba como secretaria.
La campanita rubia y llena de energía que tintineaba por las oficina ha dejado de sonreír, le apagaron la vida, gritaba su padre Andrés Osuna, con el alma rota.
Un llanto desgarrador rompía el silencio, sus compañeros de la institución que más que amigos eran a su familia se quebraron ante el féretro de la siempre alegre Andrea, ante la todavía increíble idea de su violenta y dolorosa partida, Andrea vive entre todos los que la tenemos en la memoria, Andrea va a volver a sonreír cuando dejemos de llorar, señalaron en su despedida.
Cada uno de sus compañeros fueron mencionados en el último pase de lista y se encargaron de dejar saber al mundo que Andrea Carolina, la alegre mariposa, está siempre presente.
Con globos blancos al cielo, elevaron un llamado de justicia por la violencia de la que fue víctima, al grito de todos somos Andrea.