Doña Rosita Hernández, con su bastón pero con paso firme, se puso en pie desde las 6 de la mañana para prepararse e ir a recibir su vacuna contra el Covid-19, sin dolor y con una gran sonrisa salió de la aplicación de la primera dosis en la escuela Rafael Ramírez de Empalme, más segura pero consciente de que no hay que bajar la guardia ante la enfermedad.
Desde el primer día, tomó muy serio el compromiso de protegerse, se quedó en casa y se mantuvo informada de todo lo que surgiera, con apoyo de su hermana se registró para vacunación a través de la plataforma de internet y ambas acudieron en menos de una hora salieron y esperarán al mes de abril para la segunda dosis.