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02 de Diciembre del 2024
Cultura

El origen del narcotráfico en México: una historia de poder

El origen del narcotráfico en México: una historia de poder

El narcotráfico en México ha logrado algo que no ocurre en muchas otras partes del mundo: simpatizar con amplios sectores de la población. Aunque parece surrealista, este fenómeno es real. Jóvenes que cantan sobre riquezas obtenidas a través de actividades ilícitas, madres de familia que siguen hasta nueve temporadas de series basadas en las vidas de figuras del narcotráfico, mujeres que sueñan con convertirse en esposas de capos debido al estilo de vida que esto implica, y padres que visten a sus hijos como narcotraficantes en Halloween o incluso nombran a sus descendientes con los nombres de estos personajes. Todo esto contribuye a la creación de la narcocultura.


Para conocer este fenómeno, necesitamos volver a donde todo comenzó, por ello, a continuación te contamos, el inicio del narco en México


A finales del siglo XIX y principios del XX, era común encontrar opio medicinal, cigarros de marihuana y bebidas elaboradas con hoja de coca a la venta de manera legal, ya que no existía el concepto de narcotráfico tal como lo conocemos hoy. Sin embargo, esto cambió en 1925, tras las Guerras del Opio y las primeras conferencias internacionales para regular estas sustancias.

Las Guerras del Opio fueron dos conflictos bélicos en el siglo XIX entre el Imperio Chino y potencias occidentales, principalmente Gran Bretaña. La primera guerra (1839-1842) surgió debido al intento del gobierno chino de prohibir el comercio de opio, que había causado una grave crisis de adicción en su población. La segunda guerra (1856-1860) involucró a Francia, aliada de los británicos, para reforzar sus intereses comerciales en la región.

A partir de 1925, se prohibió la venta de estas sustancias, lo que dio origen a un naciente tráfico ilegal. Con una población ya dependiente de estas drogas, surgieron redes clandestinas para continuar su distribución, evadiendo el control gubernamental y las normativas impuestas. Hay registros históricos que documentan cómo algunas comunidades incluso advertían a los traficantes de la llegada de la policía usando las campanas de la iglesia local, protegiéndolos para que pudieran seguir abasteciendo sus "vicios".



Los primeros inmigrantes chinos que llegaron a México introdujeron el opio, que ingresó al país a través del puerto de Mazatlán. Al darse cuenta de que las condiciones climáticas de Sinaloa eran ideales para su cultivo, comenzaron a desviarlo de su uso medicinal y a emplearlo con fines ilícitos


Lo que comenzó como un pequeño grupo de individuos traficando sin mucha organización, pronto se convirtió en un negocio más estructurado que buscaba expandir su territorio y obtener mayores ganancias. Así nacieron los primeros cárteles, operando principalmente en la frontera norte de México. En el este, Juan Nepomuceno Guerra se consolidó como un líder del tráfico de alcohol durante la prohibición en Estados Unidos, fundando lo que más tarde sería conocido como el Cártel del Golfo. Al oeste, Pedro Avilés Pérez, apodado "El León de la Sierra", organizó a los productores de opio, sentando las bases del futuro Cártel de Sinaloa.


Con esta expansión, el narcotráfico comenzó a generar miles y luego millones de pesos, lo que les brindó una nueva oportunidad: el soborno. Según un informe de la BBC, en 2003 el valor del narcotráfico alcanzaba los 320.000 millones de dólares, una cifra que representaba por sí sola el 1% del Producto Interno Bruto global


El poder del dinero en manos del narcotráfico colocó al Estado en un dilema: aceptar sobornos o enfrentarse a los cárteles. Sin embargo, fue precisamente este dinero lo que desencadenó la rivalidad entre los distintos grupos criminales. En el norte del país, el primero en caer fue Pedro Avilés Pérez, lo que abrió el camino a uno de los narcotraficantes más conocidos : Miguel Ángel Félix Gallardo, conocido como "El Jefe de Jefes". Como líder del Cártel de Guadalajara, Félix Gallardo utilizó sobornos para infiltrarse en el gobierno y consolidar su poder, controlando gran parte del tráfico de marihuana y cocaína hacia Estados Unidos.



Ignacia "la Nacha" Jasso fue la primera líder criminal en controlar el tránsito internacional de cocaína, marihuana y heroína, además del alcohol, durante su prohibición en los Estados Unidos, lo que le dio el apodo de "la abuela del narcotráfico" en 1930


Los sobornos dieron paso a un pacto entre el gobierno y el narcotráfico, en el cual se permitió el libre tránsito de cargamentos de droga provenientes de Sudamérica hacia Estados Unidos a través de rutas fronterizas. Además, los cárteles se dividieron el control de territorios o plazas a nivel local, respetándose mutuamente en su influencia. A cambio de sobornos, cuya cantidad variaba según el cargo de la autoridad involucrada, se toleró la producción de cultivos ilegales, como la marihuana y la amapola, principalmente en los estados de Sinaloa, Durango, Chihuahua, Guerrero, Chiapas y Veracruz.


Según el artículo "El narcotráfico en México como problema transnacional", elaborado por Omar Hurtado y Rosa Ma. García Paz, el mercado de las drogas y el narcotráfico genera anualmente entre 19,000 y 29,000 millones de dólares provenientes de Estados Unidos. Además, en los países productores, solo el mercado de la cocaína genera alrededor de 500 millones de dólares


A partir de este momento, la historia es ampliamente conocida. Aunque los métodos de transporte cambiaron y las penas impuestas a los criminales variaron, también surgieron nuevas drogas y se perfeccionaron las tácticas de tortura. Cada cártel se volvía más sanguinario que el anterior. Fueron populares las narcomantas, así como los cuerpos abandonados en lugares públicos con mensajes, tanto dirigidos a otros cárteles como al gobierno. Además, comenzó la reclutación de jóvenes para integrarse a las filas de estos grupos criminales.



A lo largo de la historia de México, han surgido varios narcotraficantes, pero algunos de ellos lograron trascender más allá de sus actividades ilícitas. Estos personajes se convirtieron en figuras emblemáticas, cuyas historias y hazañas fueron inmortalizadas en corridos, series, libros y películas

El fenómeno de la narcocultura ha forjado un imaginario colectivo que glorifica las vidas de ciertos narcotraficantes, elevándolos a la categoría de figuras casi míticas. Esta narrativa ha contribuido a resaltar sus vidas de una manera que, en ocasiones, crea expectativas distorsionadas entre algunos individuos que aspiran a emular ese estilo de vida. A través de corridos, series, y otros medios, estos personajes se han convertido en símbolos de poder, riqueza y resistencia, especialmente en contextos donde el Estado y las autoridades son vistos con desconfianza.


Te invitamos a leer el siguiente artículo para descubrir quiénes fueron estas figuras que, con sus acciones y mitos, marcaron una parte importante de la historia reciente de México y dejaron una huella en la cultura popular





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