Los programas de televisión tienen un impacto significativo en el desarrollo de los niños. Esta forma de entretenimiento y educación visual moldea sus actitudes, comportamientos y forma de ver el mundo. Sin embargo, el efecto de la televisión no es claro, ya que puede ser tanto positivo como negativo, dependiendo de varios factores.
Estos programas pueden tener influencia positiva cuando los niños tienen acceso a programas adecuados y educativos, la televisión puede convertirse en una herramienta poderosa para su desarrollo. Programas como "Plaza Sésamo", "Dora la Exploradora" o "Pocoyó", por ejemplo, fomentan el aprendizaje de habilidades cognitivas, lingüísticas y sociales de manera entretenida y divertida. Estos contenidos ayudan a los niños a adquirir conocimientos, a desarrollar su creatividad y a aprender valores fundamentales como la amistad, el respeto y la cooperación.
Por otra parte, la exposición a contenidos inapropiados o violentos puede tener un impacto negativo en los niños. La televisión que presenta imágenes de agresión, consumo de sustancias, actitudes negativas o comportamientos inmorales puede influir en las actitudes y valores de los más pequeños. Programas que promueven la violencia, la competencia desmedida o estereotipos de género pueden fomentar actitudes conflictivas, inseguridad, ansiedad e incluso agresividad en los niños. Además, el consumo excesivo de televisión, sin moderación en el tiempo de exposición, puede contribuir a problemas de salud como el sedentarismo, la obesidad infantil y la alteración del sueño.