La reconocida Granja de Perlas del Mar de Cortés, famosa a nivel mundial por su producción de perlas de ostra, ha dado un paso innovador al incorporar a su catálogo las exóticas y poco comunes perlas de abulón, captando la atención de coleccionistas y amantes de la joyería fina.
Carolina Bazúa, encargada de la tienda de Gran de Perla del Mar de Cortés, destacó que estas perlas de abulón son altamente valoradas debido a su rareza. Cada pieza es única tanto en color como en forma, y todas se entregan con su respectivo certificado de autenticidad, lo cual incrementa su atractivo en el mercado.
"Los colores son un poquito parecidos a los nuestros, así como tornasolados y colores muy intensos sobre todo en verdosos, pero lo llamativo de estas perlas es que son muy difíciles, difíciles de encontrar, hay un mercado muy específico para ese tipo de piezas porque son naturales completamente" dijo Carolina Bazúal Encargada de la Granja de Perlas Mar de Cortés.
ANÉMONA OFRECE JOYAS EXCLUSIVAS A NIVEL MUNDIAL
Actualmente, la tienda oficial de la granja, llamada "Anémona", ofrece estas joyas montadas en plata, respetando las formas naturales de cada perla. Si bien su valor es elevado debido a su exclusividad, también están disponibles piezas más accesibles con perlas de ostra, con precios que inician desde los $1,500 pesos.
Además de la venta de joyería, la granja ofrece recorridos guiados por las mañanas, donde los visitantes pueden conocer el proceso de cultivo de estas gemas marinas. El costo del tour es de $150 por persona.
Con esta nueva propuesta, la Granja de Perlas del Mar de Cortés reafirma su posición como un referente en la producción de perlas únicas en el mundo.
"Tenemos vistas ahora en la semana santa, en vacaciones tráiganlos, nos hacen la reservación, nos llaman, nos mandan un mensajito, tráiganlos a que conozcan la granja de perlas, es una experiencia muy bonita, les va a encantar el tour, les va a encantar ver esta joyería y pues ahorita pueden aprovechar que tenemos la exhibición de perlas de abulón" señaló Carolina Bazúa,