La primera prueba de una jaula artesanal anti tiburón se realizó con éxito este fin de semana, al comprobar que además de proteger de ataques de esa especie en el fondo del mar, no afecta para Ely maniobrabilidad de los buzos, informó Raúl Sánchez Almeida.
Al atestiguar el proyecto que impulsa su padre Raúl Sánchez Fourcade, recordó que ante al menos tres avistamiento de tiburón blanco en la región Guaymas-Empalme y los ataques fatales sufridos por pescadores en el sur de Sonora, resulta indispensable emprender medidas de seguridad adicionales.
Sánchez Almeida recordó que la estructura de protección fue elaborada con la asesoría de buzos de gran experiencia y el apoyo técnico- científico de investigadores que conocen del compartimiento del tiburón.
Felipe Saldando, con 35 años de experiencia como buzo en la captura de especies marinas, destacó la efectividad de este nuevo instrumento de seguridad para la actividad.
"Para mí esto va a ser un buen proyecto porque nos dará seguridad en el mar, por como está la situación del tiburón", comentó.
Dicha jaula consta de materiales accesibles para el gremio pesquero del sector social, pues se compone de varilla corrugada. El primer prototipo tiene un peso cercano a los 60 kilogramos en la superficie, habilitado con boyas que en el fondo marino facilitan su desplazamiento.
Una vez elaborado el prototipo, el equipo de e Media viajó a altamar junto a pescadores, quienes buscaron poner a prueba su funcionalidad. Al viaje se unieron Mireya Rodríguez, secretaria de la Federación de Cooperativas de Pescadores Ribereños de la región Guaymas-Empalme, organización que respalda la iniciativa, y Raúl Sánchez, Subsecretario de Pesca y Acuacultura de SAGARHPA del Gobierno del Estado de Sonora, para dar seguimiento institucional al proyecto.
Para cumplir con el objetivo, se dispuso de 3 horas para verificar que sus dimensiones permitan transportarla en una panga, así como constatar el esfuerzo que requiere depositarla en el mar. Una vez en el fondo, la jaula, atada a la embarcación mediante cuerdas que sostienen pescadores en la superficie, debía ajustarse al modo de trabajo de un buzo.
Es decir, debía ser maniobrable por el buzo pescador, de modo que fuera posible moverla en el fondo del mar para aproximarse a los callos, caracoles, pulpos o almejas, sin salir de ella. Así mismo, su peso debía ser tal que el motor de la panga fuera capaz de jalarla según las indicaciones del buzo.
Estas y otras cualidades fueron puestas a prueba, actividad que fue videograbada para su posterior análisis, en busca de implementar mejoras al prototipo para alcanzar los mejores estándares de seguridad y funcionalidad posibles. Al salir del fondo, Felipe Saldamando, realizó un balance positivo.
"Trabajó a lo normal. La podemos mover con la misma facilidad que se mueve uno bajo del agua, se puede trabajar perfectamente. Se puede lograr y va a ser una protección, cualquier buzo que la trabaje se va a dar cuenta, le va a dar buen rendimiento", expresó satisfecho quien comenzó en la actividad productiva a los 15 años de edad.
Sobre esto, Raúl Sánchez comentó: "Vamos a ver qué mejoras se recomiendan por parte del buzo y de investigadores de INAPESCA que han participado aportando conocimiento técnico especializado y vamos a seguir coordinando los esfuerzos para tratar de apoyarles. Enhorabuena por nuestros buzos pescadores que están encontrando una alternativa que les da mayor seguridad al momento de realizar su trabajo".
Mireya Rodríguez señaló que es la primera vez que una situación así se presenta en la región, por lo que destacó la pronta respuesta de la comunidad de buzos pescadores de la región y nuestro estado.
Cabe citar que este fin de semana ocurrió otro avistamiento de tiburón blanco en la zona de Las Guásimas, municipio de Guaymas.