La tradición de imponer la ceniza se remonta a la Iglesia antigua, en sus inicios era un acto de penitencia a modo de reconciliación previo a la semana santa.
Actualmente, la ceniza es vista como signo de humildad, le recuerda al cristiano su origen y su fin: "Dios formó al hombre con polvo de la tierra" señala el Génesis y volverás a ella, por eso la importancia del arrepentimiento y la conversión.
Con la imposición de las cenizas, se inicia la cuaresma, el tiempo más importante dentro del cristianismo, pues es la preparación para vivir la pascua, es decir, la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, este tiempo debe ser de compromiso para una transformación, donde la oración y la misericordia con el prójimo son primordiales.