La obesidad infantil en México tiene diversas causas interrelacionadas, siendo una de las principales una dieta poco saludable, rica en alimentos ultraprocesados, refrescos y comida rápida. El sedentarismo también juega un papel crucial, ya que muchos niños pasan largas horas frente a pantallas y no realizan suficiente actividad física. Entre el 16% y el 33% de los niños y adolescentes en el país sufren de obesidad, una condición fácilmente reconocible, pero difícil de tratar. Esta situación, causada por malos hábitos alimenticios y la falta de ejercicio, está relacionada con más de 300,000 muertes anuales.
Además, el 12% de los niños menores de cinco años enfrenta desnutrición debido a la baja ingesta de alimentos frescos y el alto consumo de productos ultraprocesados ricos en azúcares, grasas y sal. El entorno familiar y social también influye, ya que muchas familias no tienen acceso a alimentos saludables y carecen de educación nutricional, lo que perpetúa hábitos alimenticios inadecuados. La publicidad de alimentos chatarra dirigida a los niños refuerza estas malas elecciones, promoviendo productos altos en calorías y bajos en nutrientes.