Las vías del tren y sus alrededores lucen ausentes de migrantes, víctimas de su destino señaló don Jesús, vecino del kilómetro 2, donde la mayoría espera la salida del tren, indica que los que viajan en el ferrocarril, desde el sur del país o de centroamérica no se meten con nadie y cuando hay problemas es cuando personas indigentes y con problemas de drogas los atacan robando lo que traen y aprovechando el alimento y apoyos que asociaciones traen para los que van de paso.
Actualmente la Casa Franciscana es quien se ha encargado de brindarles alimento, ropa y comida diariamente sin distinción e incluso han abogado por ellos ante migración, institución que como las corporaciones de seguridad, solo sirve para seguir con vejaciones y violando los derechos de los migrantes, señaló don Jesús.