Por: Andrés Solis
Daniel Alberto López Morgan, director de primaria de Oaxaca, expone "simplemente nos adecuamos a este trabajo, tiempo de lluvia nos entra agua, tiempo de calor, como el que estaos viviendo hoy en día es insoportable "la calor" dentro de los salones, hasta ahorita sólo tenemos dos aulas construidas, somos seis maestros y lamentablemente los niños y los padres de familia están bajo estas condiciones en que nos encontramos".
Miles de escuelas en México no están a la altura de las necesidades de sus millones de estudiantes. No cuentan con la infraestructura mínima que garantice un proceso de enseñanza aprendizaje en condiciones dignas.
La Comisión Nacional para la mejora continua de la educación, MEJOREDU, reconoce que de las 214 mil 196 escuelas públicas de nivel básico y medio superior; es decir, desde preescolar a bachillerato, 56 mil 109 no tienen agua potable; esto es una de cada cuatro, 43 mil 558 no tienen lavamanos, incluso después de la pandemia por Covid-19 y cinco mil 950 planteles ni siquiera cuentan con baños.
Y mientras más pobre es la entidad federativa, mayor el abandono de sus escuelas.
Hasta 2018 existió el programa de escuelas al cien, que operaba el Instituto Nacional de Infraestructura Educativa que se encargaba de construir, dar mantenimiento y rehabilitar escuelas públicas del país.
Ahora, las y los directivos de las escuelas buscan alternativas para contar con recursos...
Dayana Reyna y Álvarez, directora de preparatoria en Chiapas, comenta, "pues los padres de familia tratan de apoyar en lo que se puede a la escuela, pero realmente el dinero que ellos pueden juntar, no es lo suficiente, además de que no podemos hacer muchas grandes cosas más, porque no nos lo permite el mismo municipio y las mismas autoridades educativas".
En otros casos, el propio personal docente se organiza...
Por ejemplo, José María Cruz, director de escuela técnica en Oaxaca, explica, "pero nosotros administramos la cooperativa escolar, mis compañeros se organizan y ellos hacen la venta del día y todo lo que queda es para la escuela, en ocasiones donan todo".
Las carencias en infraestructura afectan la calidad del aprendizaje, elevan el riesgo de enfermedades prevenibles y la ausencia del estudiantado que se enferma porque toma clases en condiciones insalubres.
Laura Angélica Bárcenas Pozo, dirección de Investigación y Posgrado UIA Puebla, expone, "si no hay baños, los niños se van a enfermar de cistitis o de lo que usted quiera, pero no es grave para la educación, es dramático lo que estoy diciendo, los niños faltan a la escuela si se enferman y de todas maneras hay una afectación".