El paso migrante está lleno de retos de vida, viven estrés, hambre y miedo, con las redadas son más vulnerados, sin embargo en algunos puntos de la localidad se les brinda ayuda por parte de Franciscanos.
Cada día que salen a entregar alimentos a los inmigrantes aprenden una historia nueva, muchos viajan solos, en grupo incluso con toda la familia, en casa franciscana se tiene albergada una familia con una bebe de alrededor de 5 meses siendo la inmigrante más joven en llegar al albergue.