El calor afecta a los perros con mucha más rapidez que a los humanos por lo que hay que ser especialmente cuidadosos con el lugar donde están en los días de temperaturas extremas, evitar que estén en sol directo y cambiar constantemente su agua para que esté fresca es primordial para mantenerlos saludables y evitar que sufran golpes de calor ya que por su pelo ellos conservan en su cuerpo las altas temperaturas y solo liberan calor por las áreas de poco pelo como su vientre y orejas y las almohadillas de sus patas.
Es importante también protegerlos de parásitos, pues en el verano garrapatas y pulgas proliferan como lo hace toda la fauna nociva, por eso es importante llevarlos a un baño garrapaticida y utilizar métodos tópicos, inyectables o en tableta para mantener las plagas lejos de ellos y con esto asegurar que contraigan rickettsiosis enfermedad que también puede afectar a los humanos.