Desiertos lucen los muelles y los barcos camaroneros en abandono con pescadores en desánimo cercano al inicio de la temporada camaronera donde no se prevé la salida ni del 50% de las embarcaciones, Francisco Tamayo quien heredó el amor por el mar de su abuelo y su padre quienes también eran pescadores, mira con nostalgia al pasado donde señala que muchos no supieron aprovechar las mejores condiciones que antes había para la pesca y donde había gran presencia de camarón pero que ahora no se cuida.
Son 160 embarcaciones mayores las que conforman la flota camaronera de Guaymas, cerca de 120 son de dos grandes empresarios y los que han mantenido sus barcos trabajando pese al aumento del diésel marino, el resto, son los pequeños armadores, que por segunda temporada consecutiva dejarán sus barcos en el muelle, quedando no solo pescadores, sino proveedores de productos y servicios sin empleo.
Cabe destacar que en la región, la captura de camarón genera solo en los barcos cerca de 1200 empleos directos, en 1200 pescadores, maquinistas, patrones y marineros que son el sostén de una familia, sin contar los más de 2 mil que se emplean en la pesca ribereña, siendo este sector social el que más ha resentido los cambios en las políticas de apoyo a la pesca como actividad primaria .