Después de cuatro años de búsqueda incansable la señora Maribel Ruíz logró encontrar a su hijo Valentín, quien estaba desaparecido, fue gracias a una llamada anónima que informó al colectivo originario de Cd. Obregón la presencia de una fosa clandestina en el campo 30 fue que logró identificarlo, con el hallazgo del joven la esperanza por darle un descanso eterno a sus familiares aumentó para las integrantes del colectivo de Guerreras Buscadoras de Guaymas y Empalme, pues es un hecho poco común que las víctimas sean los "tesoros" de algún miembro de los colectivos
"Tristeza, alegría, es mucho sentimiento encontrado, por ejemplo yo tengo dos años buscando a mi hermano, digo yo ojalá el próximo sea el mío, pero pues imagínate ella duró cuatro años para volver a tener a su tesoro de regreso y gracias a Dios lo tiene"
Cada uno de los desaparecidos o hallazgos son importantes y suman señaló Paola, sin embargo cuando es el familiar de una de las integrantes activas del colectivo aumenta la satisfacción de devolverlo a casa, pues con el paso del tiempo se crea un vínculo y se convierten en "hermanas de mismo dolor"
" Portar la camiseta de decir promesa cumplida, cuando es así de una compañera sentimos alivio junto con ella, porque al paso de los años en las búsquedas nosotros convivimos con ellas, nos aprendemos a querer cómo hermanas"