Una pequeña de cuatro años en los hombros de su mamá de 15 es como se ganan la vida haciendo malabares en los cruceros de Guaymas, sin protección por el covid-19 y al querer sacar unos pesos al quedarse sin empleo en el campo como jornaleras en Empalme, es como viven las hermanas Cristina y Silvia originarias de Chiapas de origen Tzotzil buscando los recursos para regresar a casa, esta es la realidad que enfrentan algunas mujeres del sur del país en Sonora.
Cristina, originaria de Chiapas señaló "en Chiapas no hay trabajo, puras montañas, si hay trabajo solo se pagan 70 o 80 pesos al día."
Desde hace dos semanas, han buscado la oportunidad de empleo dando un poco de alegría a los automovilistas pero al mismo tiempo peligrando junto con sus hijos, Cristina de 22 años de edad también hace malabares con su hijo de 10 años, cuidándolo de los autos y también para llevar un poco de comida a casa a pesar de las altas temperaturas.
Indicó que "nos queremos regresar en seis semanas, pagamos una renta ahorita."
Cristina y Silvia al no hablar mucho español al tener como lengua madre tzotzil, le dicen gracias a los guaymenses que con su aportación reúnen más para tomar un autobús, ellas forman parte del 78% de la población chiapaneca que es pobre y donde un tercio vive en pobreza extrema, siendo de los municipios cuya población es indígena dónde 6 de cada 10 viven en situaciones deplorables, algunos de ellos buscando oportunidades al norte del país mientras que ellas son de las mujeres con mayor mortalidad materna, en México con 58.3 muertes por cada 100 mil nacidos vivos en mujeres en edad reproductiva de 15 a 49 años de edad.
"No hay trabajo, por eso nos venimos para acá nosotros cuatro, queremos ganar dinerito para regresar, porque solo tenemos a mamá."