Marco Vinicio Gálvez tenía 58 años y usó con orgullo su uniforme hasta el último momento, se dedicó desde muy joven al servicio de los demás, como maestro, como policía federal y en la policía municipal de Empalme, la ciudad que lo vio nacer, siendo director de seguridad pública en dos ocasiones, al crecer cerca del cuartel de bomberos eso atrajo a varios de sus familiares a trabajar con los apaga fuegos, entre ellos su hermano Julio Gálvez pero el decidió servir desde otra esfera, con sus hijos y sobrinos era amoroso pero también estricto, el deseaba que todos se condujeran por el buen camino, al haber conocido de cerca por su trabajo a quienes decidieron lo contrario.
Quienes lo conocieron lo recuerdan como un hombre con integridad, responsabilidad, pero sobre todo un compromiso por revertir la violencia que hizo cambiar a Empalme, deseaba que como él cuando niño, las nuevas generaciones pudieran salir a las calles con tranquilidad de nuevo, inquietud que compartió con sus familiares y que ahora se ha convertido en una premisa, para que él desde donde esté, pueda ver la paz de regreso a su ciudad.