A pesar del inminente riesgo por covid19 Rosalba, una mujer empalmense que se dedica a la pesca tiene que salir a trabajar para llevar el sustento familiar junto con su esposo Bernardo, extremando medidas para evitar contagios como salir a la pesca solos en una panga directamente del Muelle de Bella Vista.
Desde hace 24 años su hermano le enseñó el oficio de pescar, siendo esto una actividad natural para ella, afirmando nunca se había vivido una situación de salud tan peligrosa y que afecte tanto a la economía bajando mucha la venta del pescado de escama, pero la falta de empleo hace que salga a la mar apoyando al sustento familiar.
"Pues en la mañana levantarse, hacer desayuno, dejar todo listo para venirse a pescar, pero cuando hay pescado no hay venta y cuando se puede vender no hay pescado."
"Los tiempos han cambiado, más con esta pandemia" es lo que aseguró saliendo a un trabajo que era considerado únicamente para los hombres, pero fue desde los 13 años que conoce esta actividad viniendo de familia de pescadores y que ahora a raíz del covid-19 acompaña a su esposo de 18 años de matrimonio para traer el producto de escama como sierras, lizas, corvina y roncacho para venderlos a los productores, pero no todos los días son buenos?
"Por la pandemia no compra, nosotros lo entregamos, pero en ocasiones solo salimos tres veces a la semana, porque tenemos que esperar a que compren el marisco."