Saturación en farmacia del IMSS desquicia a derechohabientes en Torreón

La fila es larga como una enfermedad crónica. Pasan el tiempo y no se ve la hora en que los pacientes lleguen a las ventanillas de la farmacia. El clima hace de las suyas, decenas de adultos mayores esperan y esperan. Nadie se hace cargo de ellos, la situación es brutal.

La crisis sanitaria que embarga a las instituciones públicas de salud también se ha reflejado en la falta de personal, sin embargo, quienes pagan eslos platos rotos son las y los ciudadanos. 

Así lo mencionó doña Lourdes, una mujer de la tercera edad que llevaba más de tres horas formada para abastecerse de medicamento. 

 "Tenemos tres horas aquí, en lugar de cuatro ventanillas están atendiendo dos, porque el seguro social se sigue robando el dinero; no hay camas, no hay toallas, no hay papel de baño, no hay nada y nosotras aquí como tontas tres horas para una medicina y todavía nos vienen a decir que la sana distancia, hacemos la fila hasta 3 kilómetros para allá, no es justo que se haga esto en este país, la gente necesita medicamentos, necesita curarse sus enfermedades".

Así como Lourdes, decenas de personas estaban indignadas por el tiempo que pierden cada mes para recoger sus medicamentos. En ocasiones, al recorrer toda la fila, se topan con la sorpresa de que ya no tienen lo que tenían prescrito. 

Se supone que deben saber, tienen la computadora y ahí saben si hay o no hay, pero ya cuando uno llega aquí ven 'hay esto, hay esto'. ¿Ya les ha pasado? Sí, ¿ a qué vengo entonces? Lo que deben hacer ellos es tener una lista para no formarse, ¿qué caso tiene?, manifestó doña Ivonne. 

Con resistencia del personal de seguridad, logramos entrar a la recepción de la farmacia y allí se pudo constatar que sólo estaba abierta una ventanilla de atención. Las personas, en su mayoría mujeres con más de 60 años de edad, se mostraban fastidiadas.  

Alentados por el propio guardia de seguridad, fuimos en búsqueda del subdirector médico de la unidad, sin embargo, una guardia no nos permitió el contacto y le habló a su jefe para que nos cerrara la puerta de manera definitiva.  

 "Nosotros como funcionarios públicos no habrá réplica en cuestión a eso porque realmente a la gente estamos para servirle, pero no dependen de nosotros muchas cosas, hay que hacer caso a la delegación allá en Saltillo para que le den respuesta a lo que la gente está denunciando", fue la respuesta del funcionario del IMSS.

Una fuente al interior del Instituto, quien prefirió guardar su anonimato, declaró que uno de los grandes problemas radica en los amparos que presentaron decenas de empleados para no ir a trabajar. Eso, junto con las incapacidades ha rebasado la capacidad de la institución para atender las necesidades de los pacientes. Por lo pronto, cada mes, desde las seis de la mañana y hasta el atardecer, miles de laguneros se forman largas horas para conseguir sus medicamentos. Si les va bien, se van surtidos para 30 días pero, en muchos de los casos, regresan a sus casas con su enfermedad viva y con las manos vacías.