La tradición del día de la Candelaria no sería lo mismo sin los tamales, obsequio que entregan aquellos que descubrieron al niño Jesús en la rosca de reyes y que es el festín cada 2 de febrero.
Con las medidas correspondientes para cuidarse y cuidar a los clientes del Covid-19, los vendedores de tamales prepararon una variedad de sabores y colores de esa prehispánica delicia de masa de maíz.
Los protocolos sanitarios deben ser seguidos al pie de la letra, ofreciendo a los clientes como limpiar sus manos, además de desinfectar constantemente las superficies, no permitiendo aglomeraciones de aquellos que ya tienen bien ubicado el puesto de la señora Lupita y donde muchos sólo acudieron a recoger pedidos hechos previamente para evitar exponerse pero no dejar de cumplir con esta tradición muy mexicana de celebrar la presentación del niño Jesús en el templo.