La sostenibilidad agrícola se ha convertido en uno de los principales desafíos del siglo XXI, ya que no solo implica satisfacer las necesidades alimentarias de la población mundial, sino también garantizar el bienestar ambiental, la equidad social y la viabilidad económica a largo plazo.
A nivel global, los hábitos alimentarios poco saludables son una de las principales causas de morbilidad.
Enfermedades como la obesidad, las enfermedades cardiovasculares y la diabetes tipo 2 están estrechamente relacionadas con la mala alimentación. A su vez, la producción agrícola intensiva, orientada a satisfacer las crecientes demandas alimentarias, genera impactos ambientales devastadores.
La deforestación, la sobreexplotación del agua, la pérdida de biodiversidad y la contaminación del suelo y el agua son solo algunos de los efectos negativos de este modelo de producción. Según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural
Frente a estos problemas, surge el concepto de una alimentación sostenible, que no solo busca ser saludable, sino también reducir su impacto en el entorno. Según expertos en nutrición y sostenibilidad, una alimentación saludable y sostenible debe cumplir con varias características clave: ser equilibrada, adaptada a las necesidades individuales y culturales, y económicamente accesible.
Además, debe estar compuesta principalmente por alimentos frescos, de preferencia de origen vegetal, como hortalizas, frutas, legumbres y cereales,que son menos dañinos para el medio ambiente y más beneficiosos para la salud humana que los productos de origen animal.
Una tendencia cada vez más popular es el consumo de productos locales o km 0, aquellos que se producen y consumen dentro de un radio de 100 kilómetros. Estos productos, generalmente frescos, de temporada y ecológicos, no solo son más saludables, sino que también fomentan una economía más justa y solidaria, apoyando a los agricultores y productores locales.
"en este caso sería reducir el consumo de alimentos procesados, en paquetes plásticos que generan contaminación, Consumir productos locales, comida local, por ejemplo en el caso de los puertos mariscos, pescados, carne que tengamos acceso a ella" Noe Garayzar, nutriólogo
Los beneficios de optar por productos locales son múltiples, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, en primer lugar, se reduce la huella de carbono asociada al transporte de alimentos desde largas distancias. Además, los métodos de producción local suelen ser más respetuosos con el medio ambiente, ya que evitan el uso de químicos y pesticidas. La agricultura local también contribuye a la preservación de la biodiversidad, al evitar la homogeneización de los cultivos que caracteriza a las grandes cadenas de suministro globales.
A medida que nos acercamos al final de 2024, la sostenibilidad y el consumo responsable de alimentos se posicionan como prioridades para garantizar un futuro saludable para las generaciones actuales y futuras, indica el nutriólogo Noé Garayzar que los productos locales favorecen una alimentación más variada y rica en nutrientes, lo que se traduce en una mejor salud para quienes consumen estos alimentos.
"En este caso también se reduce la contaminación mediante el transporte que se ahorra y la generación de empleos a nivel local, se promueve también un mayor consumo de vegetales frutas verduras" Noe Garayzar, nutriólogo
El modelo de agricultura debe evolucionar para responder tanto a los retos del presente como a las demandas de las futuras generaciones.