Rafael salió de Chiapas desde hace 9 años en busca del sueño de miles de migrantes: encontrar un lugar donde trabajar, con buena paga para enviar dinero a su familia, tener un lugar donde vivir, dormir, descansar y disfrutar de esa cosecha diaria resultado de su trabajo?. Pero la realidad supera los sueños y en muchas ocasiones los destroza a pedazos, enfrentó en su camino a la delincuencia, dormir en banquetas, calles, arriba de cartones, pasar hambres, pasar frío y calor, llegó hasta Mexicali donde tampoco encontró empleo, lo que más le duele en estos momentos es no saber de su familia
"Quiero ver a mi familia, no sé como están ahorita. No se si están vivos todavía mi mamá, mi papá, mis hermanos. Siempre abro mi Facebook, WhatsApp y todo, hasta en computadora hablo a mi familia."
Por eso se regresó y se quedó en Guaymas donde hoy trabaja en el campo, en está ciudad encontró un lugar donde le ofrecieron un empleo que domina: la siembra de hortalizas
"Para trabajar en el campo me mandaron de Chiapas, ya llevo nueve o diez años aquí. Siempre trabajo en el campo, siembro maíz, frijol, calabazas y todo."
Pero no hay nada como estar en casa, dijo Rafael, ya que extraña el calor de su hogar, los abrazos de los suyos y compartir diariamente la alegría de estar cerca, por ello cuenta los meses para que termine la temporada, ahorrar dinerito y regresar a casa
"septiembre, octubre, noviembre, diciembre y enero, eso nada mas lo voy a cumplir y ya me voy a mi tierra. Con dos mil baros ya me voy a mi tierra, en dos o tres semanas lo junto trabajando, pero lo que pasa es que yo quiero llevar una feria para mi familia."