Lupita es vendedora ambulante desde hace 36 años, se dedica a la venta de quesadillas en el centro de Guaymas. Sin embargo, el puesto fue inaugurado por su mamá, quien fuera la primera mujer vendedora ambulante en la ciudad, en su tiempo sufrió violencia de género por parte de otros vendedores pero nunca dejó de luchar para sacar adelante a su hija. Hoy a más de 45 años, el negocio continúa.
"Realmente la pionera fue mi mamá, quien inició todo. Fue la primera mujer vendedora ambulante, batalló bastante para empezar a vender porque le hacían la guerra por ser mujer." Compartió María Guadalupe López, vendedora ambulante.
Para Lupita mantenerse activa en las ventas tampoco ha sido fácil, pues ha tenido que enfrentarse a las diferentes condiciones climáticas, inflación, inseguridad e incluso una pandemia, pero el amor por su hijo y el deseo de que sea un profesionista es su motor para seguir trabajando cada día.
"La lluvia, el frío , los vientos, a veces hay ventas y a veces no hay ventas, pero me mantiene activa mi chamaco, hasta que termine la escuela voy a estar en paz." Recordó.
Los últimos años han sido de los más complicados es por eso que agradece el apoyo y preferencia de sus clientes que a través de los años han estado acompañándola en su emprendimiento.
"Muy difícil, a parte el año de la pandemia estuvo más pesado todavía, sufrimos bastante, porque vendíamos un paquete, pero sin ellos no podemos seguir adelante." Añadió.