Abigail Pérez Lerma ha enfrentado la ansiedad durante más de 15 años, diagnosticada en su adolescencia a los 13 años debido a intensos episodios de migraña.
Durante sus años de tratamiento, Abigail ha experimentado mejoras significativas, especialmente en la convivencia con su familia. En ciertos momentos, llegó a considerar quitarse la vida, creyendo erróneamente que la situación mejoraría para todos si ella no estuviera presente.
"Fue entonces cuando me dije: 'o lo enfrento o me hundo con esto'. Como una persona diagnosticada con ansiedad y depresión, y medicada, llegué a tener pensamientos suicidas. Esto me llevó a tomar la decisión de salir adelante, ya que hundirme no era una opción".
Con el tiempo y el apoyo de su familia y tratamiento terapéutico, Abigail continúa avanzando. Las visitas al psiquiatra son menos frecuentes, y ha aprendido a manejar sus medicamentos.
En la actualidad, en Sonora existe un rezago en los sistemas de seguridad social para la atención de enfermedades mentales y sus complicaciones a través de psicólogos y psiquiatras. Por ejemplo, en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado de Sonora (ISSSTESON), solo hay cuatro especialistas para más de 200 mil personas aseguradas.
A medida que aumenta el número de pacientes con enfermedades mentales, los costos también siguen esta tendencia. Una consulta con un psiquiatra o psicólogo particular oscila entre mil y mil 500 pesos, con esperas que van desde 15 días hasta 2 meses.
El incremento de pacientes ha sido catalogado como "La pandemia y contingencia sobre problemas mentales" por el académico de la Escuela de Psicología de la Universidad de Sonora, Francisco Javier Romero Córdova. Este fenómeno, previsto para 2030, se ha adelantado debido a la pandemia de COVID-19.
En Hermosillo, los problemas de salud mental más comunes son depresión, ansiedad, estrés y conductas suicidas, especialmente en la comunidad joven de 15 a 25 años.
"Las agendas de los profesionales están saturadas. Incluso en el ámbito médico, trabajando en conjunto con médicos psiquiatras de la ciudad y del Estado, observamos que los laboratorios mundiales encargados de la fabricación y distribución de medicamentos psiquiátricos no dan abasto".
El experto en psicología advierte que, ante este aumento del 500% pronosticado para 2030 y acelerado por la pandemia de Covid-19, no hay suficiente disponibilidad en los servicios de atención ni en los medicamentos, tanto en la iniciativa privada como en el sector público.