Aún cuando la mina no está operando al cien por ciento, en Cananea la actividad cotidiana sigue como si nada pasara.
Con cuatro casos de Covid-19 confirmados esta semana, los negocios siguen abiertos: zapaterías, bancos, supermercados, tiendas de autoservicio, restaurantes, taquerías, hoteles, talleres mecánicos y llanteras.
Cananea, conocida como la Ciudad del Cobre, por ser líder nacional en la producción de este metal, tiene 120 mil habitantes y se encuentra a una hora de Douglas, Arizona, es decir, a menos de 100 kilómetros.
Para llegar a Cananea desde Hermosillo se tiene que recorrer al Norte la carretera internacional a Nogales y tomar al Este por Ímuris.
En el kilometro 58 de la carretera Ímuris-Cananea se encuentra un filtro de seguridad por parte de la Policía Municipal de Cananea en donde a cada conductor y acompañante se les toma la temperatura con un termómetro infrarrojo y si alguna persona presenta 38 grados o más de temperatura es enviada al Hospital General del mineral.
Ya en la ciudad, aunque hay personas que se resguardan en sus casas, hay otras que salen a las calles a caminar o a pedalear en bicicleta, pues están cansados del aislamiento social; otros salen por necesidad, ya sea a trabajar o al supermercado.
Valentín Álvarez es guardia de seguridad de un banco y trabaja ocho horas diariamente durante seis días a la semana, platicó que siente miedo del coronavirus, pero tiene que trabajar por necesidad. Utiliza cubrebocas y se lava las manos constantemente para evitar contagiarse.
"Se nota que la gente no tiene miedo porque no toman precauciones, o sea que las distancias que están marcadas no las toman en cuenta y se les llama uno la atención, se enojan todavía", contó.
Juan Daniel Amaya disfruta de los atardeceres y platicar con amigos en el Plaza Juárez. Dijo que se enfada de estar en su casa y sale a caminar y saludar a sus amistades para distraerse.
"Pues se ve normal todo en la ciudad, el chiste es que ni se deben de asustar, hay que agarrarlo natural, pues qué vamos hacer, no hay más, únicamente lo que pasa es que no hay mucho trabajo, ni hay mucho negocio y estar esperando a ver qué es lo que va pasar", comentó.
Fermín González Federico dijo que hay personas que insisten en salir a la calle aunque no sea por una actividad esencial.
"Pues sigue haciendo su vida normal, pero sí, un 50 lo cuento sí acata las reglas de seguridad, pero digamos que la mayoría sin acatar las reglas", señaló.
Álvaro Franco Ferreira tiene más de 15 días que sale a caminar por las mañanas y en las tardes a andar en bicicleta con su hijo de ocho años de edad. Ya no tolera el aislamiento social. Es una persona inquieta y necesita ejercitarse para tranquilizarse.
"Entonces uno tiene que salir a ejercitarse, no puede estar uno sedentario, tiene que salir uno andar en la bicicleta aquí en la plaza, tratamos de guardar la distancia, ahorita no traemos cubrebocas porque nos asfixiamos y debemos agarrar aire y pues se necesita salir hacer deporte", consideró.