Migrantes que actualmente pernoctan en Hermosillo tuvieron un convivio organizado por el Comedor Humanitario San Luis Gonzaga, previo a la conmemoración del Día del Migrante a celebrarse este sábado 18 de diciembre.
Con una misa y un desayuno, aproximadamente 50 migrantes festejaron en las inmediaciones de las vías del ferrocarril, sobre la carretera que conduce a La Victoria, donde familias de migrantes dieron gracias por llegar con bien hasta este trayecto desde su salida de Centroamérica y el Sur de México.
El padre de la Parroquia de la Colonia San Luis, José Gilberto Lezama, dijo que cada año se realiza este convivio y durante todo diciembre se realizan actividades para la colecta de víveres y alimento en apoyo a los migrantes, así como jornadas de salud para ellos y sus hijos, en caso de llevarlos.
"En esta temporada los menos que vienen son 60 personas y lo más que vienen son 120, 130, dependiendo de ellos cómo van trasladándose en el tren y entendiendo que también abrimos las puertas a personas en situación de calle, que algunos de ellos son inmigrantes y personas que se han quedado en la localidad".
El sacerdote comentó que muchos de los migrantes que se albergan en la iglesia para esperar obtener ingresos y seguir su camino hacia el Norte del país, deciden quedarse en la capital por las ofertas de empleo temporal que reciben.
Que el Gobierno de la República promueva la estadía permanente de los migrantes con el programa "Quédate en México" significa dar una atención humanitaria a la problemática de la migración, comentó, ya que permitirá a los centroamericanos acceder a mejores condiciones de vida, con empleo y salud, carencias por las que salen, principalmente, de sus países de origen.
"Yo siento que es un plan muy bueno, de hecho, yo mediante la cuestión de la migración, de los temas, yo he visto a empresarios que están en la mejor de las posibilidades de poder ofrecerles un trabajo digno, nada más que ellos por la situación de su realidad, en México no los pueden contratar".
María Osuna, de 29 años de edad, llegó hace dos años a Hermosillo en una de las caravanas de migrantes procedente de Sinaloa acompañada de su esposo y sus cuatro hijos pequeños de 12, 10, 5 y dos años de edad. El plan, contó, era desplazarse hacia la frontera, pero encontraron trabajo y oportunidad de tener una vida digna en Hermosillo.
"Mejor porque de que pase un accidente con uno de los niños o con alguien pues mejor uno decide estar aquí, muy peligroso para allá ahorita".