Con semilla de mango, estudiantes, egresados y académicos del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) han desarrollado recientemente platos desechables biodegradables para contribuir al cuidado del medio ambiente.
Herlinda Soto Valdez, coordinadora del Laboratorio de Envases de Alimentos, lideró la fabricación de estos utensilios. Explicó que procesaron la semilla del mango para extraer la pulpa celulósica utilizada en la elaboración de los platos.
"Toda esta fibra de la semilla, que generalmente se descarta y a veces resulta incómoda al comer mango, se transforma en fibra celulósica mediante un proceso similar al utilizado para producir papel a partir de la fibra celulósica de la madera", detalló.
La fibra celulósica se moldea para dar forma a los platos desechables.
"Realizamos un estudio de biodegradación en condiciones similares a las de un vertedero, y estos platos se degradaron en 250 días", señaló.
Herlinda Soto destacó que estos platos desechables se descomponen en menos tiempo en comparación con los 400 años que tardan los utensilios fabricados en poliestireno.
La investigadora del CIAD añadió que la siguiente etapa consiste en perfeccionar la textura de los platos para lanzarlos al mercado.