Desde 2017, Sonora ocupa el primer lugar nacional de llamadas de emergencia por violencia familiar, calculado por cada 100 mil habitantes.
Rosario Román, investigadora del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (C}iad), indicó que es necesario conocer los motivos que incitan a la violencia en sus diferentes formas y situaciones.
"Hay varios temas ahí, en el contexto de leyes y de nuestra práctica cotidiana también porque toda nuestra vida está inmersa en violencia y agresión, las madres somos también formadas en un modelo muy punitivo para educar a nuestras hijas y nuestros hijos y pues también educamos con bastante violencia, entonces la violencia está normalizada".
Señaló que además de la estrategia punitiva de aumentar las penas a los agresores, también se debe tomar en cuenta el componente educativo para atacar el problema de raíz, dado que las penitenciarías no garantían una reinserción satisfactoria en la sociedad.
"Primero tenemos que tener la información, conocer para resolver, si no conocemos de qué tamaño es el monstro no sabemos con qué armas vamos a enfrentarnos a él".
Los recientes hechos de violencia registrados en la entidad, tales como el feminicidio de una menor en Nogales y el triple infanticidio suscitado en Hermosillo el pasado lunes, son casos con distintos contextos que se tienen que analizar por separado para decidir qué acciones son las más pertinentes, aclaró.
Hasta mayo de este año se han registrado 3 mil 538 casos de violencia familiar contra mil 829 que se contabilizaron en el mismo periodo de 2020, una variación al alza del 93.4 por ciento, Hermosillo se coloca en primer lugar con mil 497 casos.