El humo de los intensos incendios forestales que se presentan en el estado de California y que son empujados al Noroeste de México por corrientes de viento, es el responsable de los efectos que han generado una tonalidad rojiza en el Sol, explicó Fernando Ávila Castro.
El astrónomo desmintió que este fenómeno sea producto del arrastre de polvo del desierto de Sonora, fenómeno conocido como los "Vientos de Santa Ana", como manifestaron autoridades de Protección Civil en la entidad.
"Lo que está sucediendo es que toda esta ceniza que se está levantando a causa del incendio, pues está filtrando la luz que llega del Sol, este tipo de filtración de luz se llama 'dispersión de Rayleigh' en D¿Física, y lo que hace es que deja pasar prácticamente el color rojo, por eso es que el Sol que vemos blanco durante el día o amarillento en la tarde ahora con esta filtración natural de las cenizas se hace rojizo", manifestó.
Señaló que en esta ocasión la intensidad del fenómeno se ha visto acentuada por la fuerza del incendio que se presenta en uno de los condados cercanos a San Diego, California, el cual ha consumido ya miles de acres.
Reiteró que no existe relación alguna de este efecto con la actividad de los llamados "Vientos de Santa Ana".
"El viento de Santa Ana es solo una condición local de aquí de Baja California y California, como te comentaba, viene de una región de California exactamente, donde empieza a levantarse el viento pero corre en dirección hacia el Pacifico, hacia el Oeste", manifestó.
Al respecto, el especialista en Salud Abiental, Héctor Duarte Tagles, señaló que al momento no se observan condiciones para que este humo genere afectaciones a la salud de las personas, pues se trata prácticamente de partículas de aerosoles, que por la altura donde se encuentran se mantienen suspendidas.
"Las partículas que se logran transportar a mayor distancia son los llamados aerosoles, o sea, son partículas suspendidas muy finas, algunas de ellas llegan a tener un diámetro aerodinámico que les permite mantenerse flotando, suspendidas en la atmósfera, difícilmente llegarán a precipitar, salvo que hubiera justamente por arrastre mecánico a través de las lluvias, pero por lo general se van diluyendo y no traen un efecto directo a al salud", indicó