El pasado 26 de enero, Jullian, de 12 años de edad, junto con su abuelo y dos tíos, salieron como migrantes de su Venezuela natal debido a las escasas oportunidades laborales y educativas, con el objetivo de llegar a Estados Unidos para buscar una mejor calidad de vida.
Su travesía ha sido difícil al cruzar varios días caminado por la jungla, en embarcaciones y autobuses por Colombia, Panamá, Nicaragua, Honduras y Guatemala hasta llegar a México.
Una vez que llegaron a territorio mexicano, sufrieron amenazas por parte de bandas delictivas en Chiapas y Nayarit para obligarlos a trabajar con ellos en el cruce de más migrantes.
"Sí, varias veces nos dijeron, pero nosotros nunca les ayudamos ni les hicimos caso. Les pagamos lo que teníamos que pagarles, y mi tío les dijo que no podíamos hacer eso: ¿cómo podríamos hacerlo? Sería meternos en problemas con otros migrantes", contó.
La adolescente puso su fe en Dios para que a ella y su familia no les pasara nada malo, por lo que llegaron sanos y salvos a Hermosillo hace dos semanas, donde están recibiendo apoyo con alojamiento y alimentación de parte de activistas sociales liderados por el padre Gilberto Lezama, quien lleva 15 años ayudando a migrantes.
De 2020 a 2022, se registraron 582 menores de entre 12 y 14 años de edad que fueron deportados con sus familias de Estados Unidos a Sonora. Según la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas del gobierno de México, 60 de estos menores se involucraron con bandas delictivas mexicanas como guías en el cruce de migrantes.
Nohora Constanza Niño Vega, investigadora de El Colegio de Sonora, señaló que estos 60 casos de menores migrantes participaron en actividades ilícitas motivados por la posibilidad de obtener dinero fácil para adquirir comida, ropa o para ayudar a sus familias a pagar el alquiler de un departamento.
"El documento (investigación) reporta que reciben, entre 300 a 400 dólares, incluso, algunos jóvenes han mencionado que reciben hasta mil dólares. Hay mucha diferencia en el tipo de pago, porque depende del lugar donde cruzas, el grupo que están cruzando, como la cantidad de personas que llevan", dijo.
La investigadora indicó que los menores migrantes suelen llevar a cada persona de los grupos que cruzan por cantidades que oscilan entre los 300 y los mil dólares, y por lo general, conducen grupos de hasta cuatro personas.
Señaló que Nogales, Agua Prieta y Sonoyta son las ciudades fronterizas de Sonora donde se registra una mayor presencia de menores migrantes involucrados en estas actividades. Esto se debe a su estado de vulnerabilidad y al hecho de que, al no ser procesados judicialmente, son más fáciles de convencer por integrantes de grupos organizados.
Consideró importante que se implementen políticas públicas mexicanas para apoyar a los adolescentes migrantes a fin de que puedan acceder a la educación. Esto sería beneficioso en caso de que decidan quedarse en el país con sus familias y ayudaría a evitar que se involucren en actividades ilícitas.