Los padres de familia de la Escuela Secundaria Técnica 57, ubicada en la colonia Sahuaro, en Hermosillo, han denunciado hechos de violencia ocurridos fuera del plantel, incluyendo el uso de armas blancas, riñas e incluso la venta de drogas.
El pasado 14 de febrero, un joven fue lesionado con un machete por un adolescente a las afueras del plantel. La agresión fue registrada por testigos y difundida en redes sociales.
Una madre de familia denunció que, en los últimos cuatro meses, la violencia ha escalado entre jóvenes de 15 a 17 años, con el uso de armas blancas y la presencia de externos que ingresan al plantel para vender chocolates con marihuana.
"Ahora, esa cuestión que estén ofreciendo chocolates con drogas, a mí se me hace muy peligroso porque son niños chiquitos, que no saben cómo van a reaccionar", contó
Aseguró que las autoridades educativas han hecho poco para prevenir riñas y la venta de drogas.
También, el 12 de marzo, al menos 10 estudiantes agredieron a una alumna fuera de la Secundaria General No. 6 "Luis Donaldo Colosio". La Fiscalía de Sonora investiga el caso y confirmó que las lesiones no son graves.
Joaquín Oloño, responsable de centros de rehabilitación, advirtió que el consumo de marihuana líquida (wax) ha aumentado entre jóvenes de 12 a 15 años, impulsado por la presión social y la búsqueda de aceptación.
"¿Qué es lo que pasa con el wax?, un cigarro de marihuana normal puede tener entre 42 a 60 por ciento de THC, tetrahidrocannabinol, que es la sustancia psicoactiva de la marihuana, pero el wax, por el gas butano, tiene una potencia de 82 a 92 por ciento, lo que equivale a un cigarro de marihuana normal al wax, sería el equivalente a 25 cigarros de marihuana en la boca", explicó.
La venta de wax en redes sociales facilita su acceso a los jóvenes, quienes lo consumen a través de cigarros electrónicos.
"Fernanda" es una joven de 15 años que comenzó a consumir marihuana a los 12, cuando estaba en primero de secundaria, para ser aceptada por un grupo de amigas.
"Empecé a consumir por una reunión de amigos, en la cual, me lo presentaron, lo ofrecieron. Y por saber lo que se sentía, la experimentación, pues, yo dije que sí. Y ahí empezó mi consumo", relató.
Fernanda, en rehabilitación por segunda vez, lucha por mantenerse en abstinencia para cursar la preparatoria y reconstruir su vida familiar.