Josefina Orantes Serna sufrió hace un año de lesiones leves al caerse de un camión de la línea 14 del transporte público en Hermosillo.
Platicó que el conductor de la unidad se detuvo para que bajaran cinco pasajeros en una parada de camión en la colonia Las Minitas, al norte de la capital sonorense. Cuando a ella estaba descendiendo por la puerta trasera, el chofer le dio velocidad al vehículo para retirarse y en ese momento cayó en la banqueta.
"Cuando paró el camión, la gente que estaba en la parada corrió hacia el camión y subirse y el camión le dio y no esperó a que yo me bajara, entonces, me tiró pa? fuera, me abrió la puerta y me tiró", relató.
Mencionó que el conductor detuvo la marcha, le pidió disculpas y le argumentó que no la observó al intentar bajarse de la unidad. Afortunadamente, la hermosillense sufrió de golpes leves del incidente.
Josefina opinó que los pasajeros del transporte público tienen que soportar el exceso de velocidad y la imprudencia de los choferes, así como el mal estado de las unidades y que los vehículos llegan tarde a las paradas de camiones, esperando el usuario hasta una hora.
Por su parte, Ignacio Peinado Luna, líder de la Unión de Usuarios en Sonora, señaló que estas problemáticas ocurren porque la Dirección de Movilidad y del Transporte del Estado de Sonora no vigila a los concesionaros sobre las condiciones que operan el servicio urbano en Hermosillo.
"Falta que vigilancia en la operatividad, aplicar la normatividad, ponerse más exigentes, establecer planes operativos que sean reales, que correspondan a la realidad y no tantas complacencias. El primer responsable es sin duda el Estado, pero, quien lo ejecuta con las empresas, entonces, las empresas son las que están decidiendo cuándo, cómo y en dónde están prestando el servicio", manifestó.
El líder la Unión de Usuarios indicó que en la capital sonorense circulan 330 transportes, cuando deben operar, por lo menos 400, para que mejoren los tiempos de espera de los usuarios en llegar las unidades a las paradas de camiones.