La Universidad de Sonora, a lo largo de su historia, se ha consolidado no solamente por la calidad educativa, sino también por los movimientos estudiantiles que han surgido de sus aulas y que han tenido un impacto a nivel nacional.
El primer movimiento estudiantil del que se tiene constancia es el de 1967, cuando estudiantes se movilizaron para protestar en contra del candidato a Gobernador designado por el PRI. En dicho suceso, fue la primera vez que tropas militares ingresaron a la universidad para sofocar la manifestación.
Sonora participó en la concentración estudiantil en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco en octubre de 1968. En 1972, activistas de la Unison se organizaron para cambiar su ley orgánica, resultando en la promulgación de la Ley 103, que generó un fuerte rechazo entre los estudiantes.
Amílcar Peñuñuri, investigador de la Unison, destacó que en la década de 1980 hubo paz interna gracias a la democratización de procesos como la elección del rector. Sin embargo, en 1991, durante el gobierno de Manlio Fabio Beltrones, se promovió la Ley 4, que introdujo el examen de admisión, cuotas de recuperación y la creación de una Junta Universitaria.
"Y posteriormente, la figura de Marco Antonio Valencia, quien sería el último rector elegido por las partes universitarias y que más tarde se le consideraría traidor a la misma esencia democrática de la Universidad de Sonora, ya que se unió al Gobierno de Manlio Fabio Beltrones."
Tras la promulgación de la Ley 4, se formó el Comité Estudiantil de la Universidad de Sonora (CEUS), que organizó la 'Marcha del Desierto' desde la universidad al Zócalo de la Ciudad de México, en la que participaron padres de familia y académicos en oposición a la ley de Beltrones.
A lo largo del tiempo, se han formado movimientos estudiantiles en la universidad que han apoyado diversas causas sociales, ecológicas y políticas, como los gasolinazos durante el gobierno de Enrique Peña Nieto y la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
El movimiento estudiantil más reciente y significativo en la última década fue la reforma a la Ley 4 de la Unison en 2023, donde, junto con maestros y empleados, se envió una iniciativa del Ejecutivo Estatal al Congreso que fue aprobada, según el activista Carlos Navarro López.
"Es la etapa más fuerte del movimiento estudiantil en los últimos años, hablo del 91 al 92, hasta ahora que se cambió la ley el año pasado. Nuevamente, hubo manifestaciones de alumnos de varias licenciaturas en rechazo a la ley 4, y por eso se promulga la actual ley orgánica."
Los maestros señalaron que, con el tiempo, los alumnos han perdido interés en participar en movimientos universitarios debido a la falta de liderazgos juveniles, el desconocimiento de temas sociales y políticos, y el individualismo fomentado por las redes sociales.