Ana Karen Mendoza Ángulo, de 33 años de edad, tiene dos meses que vende raspados en los alrededores de la colonia La Cholla ya que en diciembre pasado tuvo que renunciar a su trabajo en un supermercado porque era complicado que le cuidaran a su hija más pequeña de 8 meses de edad ya que antes la tenía en guardería, pero fueron cerradas por la pandemia de COVID-19.
Ana Karen sale todas las tardes a vender raspados abordo de su triciclo acompañada de su hija de ocho meses de nacida sentada en un portabebé que adaptó a este vehículo de pedales.
Vive en la colonia La Cholla con su esposo y otro hijo de 14 años de edad. Su pareja se dedicada a la preparación y venta de panes de dulces.
"Yo trabajaba en una empresa, pero, pues, ahora con la pandemia no hubo guarderías y la niña no hubo quien me la cuidara y me tuve que salir de trabajar y fue imposible con un solo sueldo que es de mi esposo", contó.
La preparación de los jarabes los aprendió de una tía que vive en Sinaloa que también se dedica a la venta de raspados.
"Acabo de empezar hace dos meses. Yo ya me había creado desde chiquita en lo que es en Sinaloa y Mexicali con mis tías y prácticamente ellas me dieron la receta", platicó.
Ana Karen necesita el apoyo de la sociedad para instalar un techo de material y un motor para adaptarlo a su triciclo y poder recorrer más distancia para vender Sus deliciosos raspados con frutas.
Los interesados pueden llamar al teléfono 662 434 8801.