La variedad gastronómica y la oferta cultural que ofrece Villa de Seris, lo convierte en uno de los sitios más representativos para visitar estas vacaciones de Semana Santa dentro de la ciudad.
Cuenta con 12 coyoterías tradicionales, la más antigua de doña Agustina Ibarra, la primera mujer que preparó coyotas hace más de un siglo en Pueblo de Seris, y comenzó con este deleite que ha cruzado fronteras por su sabor incomparable.
"Más que nada la cordialidad de la gente, el venir has de cuenta que es un remanso de tranquilidad, muchas veces viene gente a alejarse del bullicio diario del estrés, vienen y se sientan, se toman un café, aquí estamos vendiendo tamales, champurro".
Jaime Dávila, ciudadano e historiador de Villa de Seris, expresó que el mayor atractivo de este "pueblo dentro de la ciudad" es su gente, la tranquilidad y mantener sus raíces y tradiciones con el paso del tiempo.
"Tenemos también el centro histórico que le podemos llamar, que es toda esta parte, la plaza, el andador, la calle de las coyotas de que se dice, que es la Alfonso Durazo, donde pueden encontrar las típicas coyotas".
Los platillos regionales más buscados en Villa de Seris por visitantes locales y extranjeros son los tamales, las coyotas, las tortillas grandes, los burros de carne y la carne asada.
Con un recorrido por el pueblo, los visitantes pueden zambullirse en la historia que atesora cada recinto. La Plaza de los Tres Pueblos, por donde pasaba el Río Yaqui, da la bienvenida al icónico sitio, y brinda una breve semblanza de hecho histórico del hundimiento de los pueblos para dar paso al desarrollo de Hermosillo como capital.
La Casona, el restaurante Xochimilco y el molino harinero son otros sitios representativos que no se pueden dejar de visitar en Pueblo de Seris.
"Villa de Seris se ha caracterizado mucho por su gastronomía. Desde que entras tú, huele a los hornos prendidos, a las coyotas, a las tortillas a comida a pueblo".