Este viernes 02 de noviembre se llevó a cabo la conmemoración del tradicional "Día de los Muertos", con una nutrida afluencia en el Panteón San Agustín, mejor conocido como el de la calle Yáñez, y un espacio que no fue olvidado por los hermosillenses fue la tumba del pequeño Carlitos Angulo.
Fue aproximadamente en 1948 cuando el pequeño "Carlitos" fallecería de manera trágica al sufrir un accidente mientras paseaba en los patines que le amanecieron en navidad, y tras la instalación de una réplica de su ataúd en el campo santo se convirtió en una visita obligada de los hermosillenses, quienes lo consideran ya un niño milagroso.
Marca el mito urbano, que "Carlitos" tiene la capacidad de otorgar favores a quien así lo pide, y particularmente a los niños, quienes solo deben agradecerlo con un obsequio, práctica que no pierde vigencia, según se puedo observar durante este día.
De tal forma, que tanto adultos y pequeños, quienes acudieron al recuerdo de la memoria de sus fieles difuntos, no dejaron pasar la oportunidad y se acercaron al sitio de reposo eterno de "Carlitos", para regalarle ya sea bolsa de frituras o algún juguete.
Así fue que concluyó una nueva celebración del " Día de los Muertos" y Carlitos, siguió aumentando la colección de regalos que adornan su espacio de reposo eterno.