Alexander Martínez fue asesinado presuntamente por usar tapabocas y tras ser "confundido" con un delincuente en Oaxaca.
Giovanni López fue asesinado en Jalisco porque no llevaba una mascarilla para protegerse del coronavirus, según sus familiares.
Ambos casos, denunciados han expuesto la brutalidad policiaca en México, donde la pandemia ha dado otro motivo a los excesos, que van desde maltratos hasta presuntas ejecuciones.
La actuación policial en estos dos hechos revela también la escasa preparación y deficientes condiciones laborales de los agentes.
De acuerdo con sus familiares, Alexander y sus acompañantes salieron el 9 de junio a comprar algunas bebidas cuando fueron interceptados por policías del municipio oaxaqueño Acatlán. El joven mexicano-estadounidense murió presuntamente cuando un oficial les disparó, hiriendo además a uno de sus acompañantes. El sábado por la noche un juez dictó prisión preventiva para el uniformado.
Su muerte es el cuarto caso de brutalidad policial denunciado en México en un mes. Dos más sucedieron en Tijuana y otro en Xalap, mientras buena parte del mundo se manifiesta tras la muerte del afro-estadounidense George Floyd a manos de un policía blanco en Minneapolis.