La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha emitido un informe detallando graves violaciones a los derechos humanos en Venezuela durante el proceso electoral del 28 de julio
El documento denuncia una serie de acciones represivas por parte del régimen destinadas a obstaculizar la participación política de la oposición y a perpetuarse en el poder. Dicho documento se divide en tres etapas:
El informe de la CIDH subraya que estas violaciones son consecuencia de la cooptación de las instituciones estatales por parte del Poder Ejecutivo y de la corrupción que ha permitido al régimen actuar con impunidad
La CIDH insta al régimen venezolano a cesar de inmediato la persecución política, la represión y las detenciones arbitrarias, y a liberar a todas las personas detenidas injustamente. Además, recomienda restablecer el orden constitucional, reconstruir la separación e independencia de los poderes públicos, publicar todas las actas de votación y permitir una auditoría electoral independiente con observación internacional.
La comunidad internacional también es llamada a reconocer la grave crisis de derechos humanos en Venezuela, mantenerse alerta ante posibles escaladas represivas y activar canales diplomáticos e institucionales para promover el retorno de la democracia en el país.
La CIDH, como órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), tiene el mandato de promover y defender los derechos humanos en la región. Está compuesta por siete miembros independientes elegidos por la Asamblea General de la OEA, quienes actúan a título personal y no representan a sus países de origen o residencia
Este informe se suma a una serie de denuncias internacionales sobre la situación en Venezuela. Organizaciones como Amnistía Internacional han documentado prácticas de desaparición forzada, tortura y otras violaciones de derechos humanos como parte de una política de represión estatal.
La situación ha generado preocupación en diversos países. Recientemente, la Organización de Estados Americanos (OEA) condenó la detención del suboficial argentino Nahuel Gallo en Venezuela, calificándola como un "crimen de lesa humanidad" y exigiendo su liberación inmediata.
En respuesta a estas denuncias, el régimen de Nicolás Maduro ha rechazado las acusaciones, calificándolas de injerencia en los asuntos internos del país. Sin embargo, la presión internacional continúa en aumento, con llamados a sanciones y medidas diplomáticas para abordar la crisis venezolana