El mes de enero es conocido en México por ser uno de los más complicados a nivel financiero.
Después de las celebraciones de fin de año, con sus gastos adicionales en regalos, cenas y eventos, el inicio del nuevo año puede resultar pesado para los bolsillos de muchas familias. A este fenómeno se le denomina "cuesta de enero" y es un reto económico que afecta a millones de mexicanos.
La cuesta de enero es un periodo en el que se combinan varios factores que afectan la economía personal: la falta de liquidez, el aumento de precios de bienes y servicios debido a la inflación y, en muchos casos, las deudas acumuladas durante las festividades decembrinas.
Este fenómeno tiene un impacto negativo en el bienestar financiero de las personas, pero no es insuperable. Con planificación y algunos ajustes en los hábitos de consumo, se pueden mitigar sus efectos.
Una de las primeras recomendaciones para enfrentar este periodo es establecer metas financieras claras para el año. Es fundamental planificar a corto y largo plazo, ya sea para la compra de un electrodoméstico, unas vacaciones o cualquier otro gasto importante. Al tener un objetivo definido, será más sencillo organizar los recursos y avanzar de manera ordenada hacia esas metas sin caer en gastos innecesarios.
Otro aspecto clave es realizar un presupuesto detallado y llevar un registro de los gastos. Es necesario saber cuánto dinero se tiene disponible y cómo se desea administrar. Esto permitirá tener un panorama claro de las finanzas y evitar sorpresas que puedan llevar a gastos imprevistos o fuera de control. Además, es útil contar con ingresos adicionales que puedan recibir, como la caja de ahorro, y destinarlos a mejorar la situación financiera en lugar de gastarlos en placeres momentáneos.
El manejo de las deudas también juega un papel fundamental durante la cuesta de enero. Es importante revisar las deudas existentes y tener cuidado al contraer nuevas. Las tasas de interés están comenzando a subir, lo que puede hacer que las deudas sean más costosas, especialmente las que se adquieren con tarjetas de crédito. Por lo tanto, es recomendable comparar opciones y, si se necesita un crédito, pedirlo con tiempo y hacerlo con instituciones financieras reguladas.
Por otro lado, se debe comprar de manera inteligente y evitar el desperdicio. Un gran consejo es no dejar que la comida se eche a perder, ya que esto significa un gasto innecesario. Planificar menús semanales, comprar solo lo necesario y almacenar correctamente los alimentos son prácticas que pueden hacer una gran diferencia en el presupuesto del hogar. Además, revisar regularmente el refrigerador y la alacena para aprovechar al máximo lo que se tiene puede evitar compras innecesarias.
Aunque la cuesta de enero puede parecer un obstáculo, con una planificación adecuada, disciplina y ajustes en los hábitos financieros, es posible superarla sin que afecte gravemente las finanzas personales. En lugar de verlo como un mes de dificultades, se puede transformar en una oportunidad para aprender a administrar mejor el dinero y establecer bases sólidas para un año económico más estable.