Con paso lento, pero firme en su decisión de salir adelante y ganarse unos pesos, a sus 86 años de edad don Juan Ramos promueve desde su hogar en la calle Vicente Guerrero 27 en la cabecera municipal de Ixtlahuacán, las hamacas que teje con sus propias manos con una planta que crece en los potreros o al margen de los arroyos.
"La cortan allá por los ranchos se llama sicua, son varas las cortas en el río cuando están verdes tardan como 15 días para sacarlas".
Cuando ya tienes la sicua la mojas en dos ocasiones para que se ablande la rama la pone a secar y cuando está húmeda con ayuda de otras dos personas le sacan los hilos y de dos en dos los enrollan en un carrete para después comenzar a tejer.
"Ya empiezo hacer como dicen las hamacas, ya estando los hilos doblados".
Don Juan forma parte del comité de rescate de costumbres y tradiciones de Ixtlahuacán, comenzó con este oficio desde muy joven y aprendió viendo, dice que una hamaca de cuatro kilogramos de 10 hilos dobles como la que nos muestra, tarda cinco días en elaborarla, sin embargo su trabajo que es netamente manual es muy mal pagado, pues la vende en mil peso, pero invierte más de 600 pesos en materiales y aún así hay quien le regatea.
"Anteriormente una hamaca me iba a venderla a Colima o Tecomán, las vendía, las entregaba, las vendía en 8 pesos".
