José Eugenio Delgado Valdés, elabora sellos de goma artesanales, este oficio comenzó el 8 de noviembre de 1999 como un centro de copiado, años más tarde integraron la serigrafía y se convirtieron en impresores autorizados por hacienda cuando todavía se usaban los comprobantes fiscales.
"Es la fuente de trabajo y sostenimiento de toda la familia completa mis dos hijas y yo, ya mis hijas se cansaron y con los comprobantes digitales nos bajó muchísimo la venta y ahora lo poquito que generemos de ganancia es para mantener a mi esposa y de su servidor".
Para su elaboración se requieren materiales, que en su mayoría, provienen del extranjero, madera de caoba y bastante creatividad.
"Tenemos polímero austriaco?.. y tenemos polímero de origen inglés ?? y usamos madera de caoba para la elaboración de los sellos de madera y los negativos que usamos son de suiza y la mano de obra es de aquí de Colima".
"Mi hija Cecilia Delgado, es quien me hace los diseños en la computadora y a mí ya me toca todo lo manual, hacer negativo, positivos, hacer vaciado y todo es a base de tiempo precioso porque los materiales aunque son de importación son afectados por temperaturas".
Aquí, los deseos son órdenes, pues se pueden elaborar desde los sellos más básicos que son los que más solicitan los trabajadores de la educación hasta los más elaborados con efecto espejo, pasajes bíblicos y técnica de puntillismo para lograr que una fotografía se convierta en sello y cada uno de ellos puede durar entre 12 y 15 años.
"Logramos hacer de una foto un sello de tal suerte que a través de puntos a través de un sistema que se llama puntillismo logró transformar la fotografía que era plana en puntos y ya pudimos hacer el sello".
Aunque las nuevas tecnologías han provocado que este oficio no tenga la misma demanda de antes, don José, considera que permanecerá vigente por muchos años más ya que los bancos y otras instituciones oficiales siempre ocuparan de un buen sello de goma artesanal.
