El futuro de la Estación Espacial Internacional (ISS) es incierto debido al coflicto entre Rusia y Ucrania, que ha derivado en sanciones económicas para Rusia de parte de países del occidente, especialmente los Estados Unidos.
Dimitri Rogozin, jefe de la agencia espacial rusa, Roscosmos, advirtió que las sanciones impuestas por el gobierno de Washington, podrían acabar con la cooperación entre ambos países y que la plataforma de investigación espacial podría precipitarse a tierra sin la ayuda de Rusia.
Por su parte, la NASA señaló que continúa trabajando con todos sus socios, incluyendo la Agencia Espacial Federal Roscosmos para continuar las operaciones de la ISS de manera segura.
La estación espacial es un proyecto de colaboración entre Estados Unidos, Canadá, Japón, Europa y Rusia, que se divide en dos secciones: el norteamericano y el ruso, que son gestionadas por sus respectivos países, pero todo el complejo depende de un sistema de propulsión ruso para mantener su órbita a 400 kilómetros sobre el nivel del mar, en tanto que el sistema de soporte de vida y de electricidad es responsabilidad de los estadunidenses.
En este momento la estación se encuentra tripulada por los cosmonautas rusos Anton Shkaplerov y Pyotr Dubrov; los astronautas estadounidenses Raja Chari, Thomas Marshburn y Kayla Barron, y el alemán Matthias Maurer, y a decir de especialistas, es poco probable que el conflicto los afecte directamente por el momento.