Para Crisóforo la Feria de Colima ha dejado de ser del pueblo, de los que menos tienen, ya que después de participar por casi 30 años con la venta de tuba en su interior, este año le negaron el acceso por ser comerciante ambulante y de querer vender debe contratar un espacio con un costo de más de 10 mil pesos.
"No me dejan vender, que tenemos que poner un puesto adentro, pagar, pues, y no tenemos ese dinero para invertirlo ahí. Si me meto me dijeron: te voy a quitar todo lo que vendes, entonces pues mejor me salí y aquí voy a vender afuera porque pues, a lo que Dios me dé sino qué voy a hacer más, tengo que trabajar"
Señaló que también le han impedido el paso a otros ambulantes que a diario buscan ganarse la vida, lo cual consideró lamentable pues se están dejando de vender en la feria los productos tradicionales como la tuba, el bate, fruta picada, tejuino, entre otros productos, que son representativos de la entidad.
"Ni modo que me le vaya a humillar al presidente que me dé dinero, con que me deje trabajar, no necesito que me regalen y que me den pensión, necesito nomás que me deje trabajar el rato que, que Dios me presta vida y que siga adelante"
Crisóforo comparte que desde los 21 años tiene el oficio de tubero y desde que trasladaron la feria a los terrenos actuales, nunca tuvo problemas para entrar y vender. Reiteró que al vivir al día no cuenta con esos más de 10 mil pesos que le piden para rentar un espacio.
"Ahora dijeron que nos iba a ayudar el gobierno y no nos ha ayudado en nada, en qué nos va a ayudar. Sí ayudan pero al que tiene dinero, al pobre ni lo pelan" / "Y si me corren pues para dónde le doy, aquí me tengo que quedar, aquí vivo"