Hoy vivo para contar

El 21 de septiembre, Jessi, salió a tomar el camión desde Cofradía de Suchitlán, llevaba a sus niños al seguro...

"Salimos de ahí de Suchitlán y empezó el carro a darle, pero ya se le escuchaba un ruidito, como que algo tallaba. Y ya en la zona mágica, pues está la curvita, y olía como a quemado y la gente le decía que lo parara, porque como que iba a prender o no sé. Y no, y se escuchaba más recio y más recio y más recio, y él como que pensó que al acelerarle se le iba a quitar el ruido, y él aceleró más y ya no pudo controlar el carro."

El camión siguió avanzando y aceleraba durante las curvas, para entonces ya no tenía nada para poder frenar, y ante los gritos de los pasajeros rogándole al chofer que se detuviera, Jessi le pidió que pensara en los niños, niños que llevaba de la mano muy asustados. La velocidad fue aumentando.

"Entonces está una boya antes de llegar al libramiento y esa también la pasamos, la brincamos. Yo me quedé con que dio un zigzag, y siguió y ya ahí abajito donde se le llama la peladora, como que el vio parejo, pero está la carretera y esta de bajada. Y empezó a salirse a salirse y empezó a rodar el carro."

Ella y sus hijos estaban parados en medio, en el pasillo junto al conductor. Cuando comenzó a rodar el camión, sólo en un instante, Jessi perdió el conocimiento. Aturdida, escuchó una voz que le llamaba.

"Entonces me despierto, porque quedé al otro lado de los otros asientos, igual en medio, pero del otro lado. Me despierto y me volteo, y hay una persona entre mis piernas, yo opino que es la señora que falleció porque era la única que traía blusa rosita. Entonces, siento que me ponen la mano aquí en mis piernas y yo le hablo; ¡señora, despiértese, hay que salirnos! Porque yo mi miedo era que tronara el carro y pues no me contestaba".

Escuchó a sus hijos llorar, los buscó con la vista, pero no pudo encontrar más que a uno, su hijo el más chico no podía verlo por ningún lado, la angustia y el dolor aumentaban.

"Volteo hacia afuera y el niño está afuera, yo pensé que se me había salido por la ventana o algo así, pero una prima de aquí de cofradía que iba en el carro dice que le cayó en el pecho, y lo abrazó y ya no lo soltó."

Logró salir, a pesar de que sentía entumecidas las piernas y le dolía la espalda, una patrulla y una ambulancia estaban asistiendo a los heridos, llamó a sus familiares que de inmediato acudieron al lugar. Sus hijos están bien, dentro de lo que cabe, el mayor tuvo un esguince de cuello y el menor una cortada profunda en la rodilla, y ella se lastimó los discos dos, tres y cuatro, tiene que usar un corsé por tres meses. Aún está en espera de que la indemnicen por sus heridas, dinero que dice no le quieren dar.