Alejandro Ochoa Gómez, director de la Procesadora Municipal de Carne en Colima, negó que sea este rastro el que esté generando la pestilencia de la que se quejan los habitantes del poniente de Villa de Álvarez.
De acuerdo con el funcionario la sangre de cerdos y bovinos que son sacrificados se almacena en un contenedor sellado y después se envía a una empresa que la utiliza para elaborar biofertilizantes, mientras que los desechos no consumibles se entierran en el relleno sanitario.
"No tenemos problemas de contaminación, ni de olores ni de nada, de hecho constantemente nos está revisando la Secretaría de Salud, incluso hace poco 15 o 20 días vinieron de la Secretaría de Salud porque había quejas que están en la periferia, porque había olores, no especificaron qué tipo de olores, hicimos un recorrido y comprobaron que no teníamos problemas".
El funcionario aseguró que también la Comisión Nacional del Agua hace análisis mensuales de la calidad del vital líquido que se maneja en la procesadora y se encuentran en los parámetros normales, por lo que pidió que se revisen otros establecimientos.
"Tenemos en las zonas aledañas a la procesadora explotaciones de reses y cerdos que habría que checarlas también nuestros parámetros del agua residual están dentro de la norma".
