Su familia fabricaba productos para los cristeros

Gabriel Orozco les talabartero, oficio que heredó de su padre de y su abuelo. Este negocio tiene más de un siglo operando ininterrumpidamente.

"Yo inicio después de que se muere mi padre y me deja el taller pero lo fundó mi abuelo y mi abuelo a su vez de unos familiares, son más de cien años/aquí estamos trabajando yo me hice cargo del taller hace unos 20 años pero siempre hemos estado aquí".

Este espacio guarda grandes historias de la familia Orozco, pues de acuerdo con Gabriel, su familia fabricó artículos para los cristeros.

"Las anécdotas de mi abuelo que cuando la revolución cristera estuvo muy activo trabajando, ahora ya se puede decir, estuvo trabajando con la parte de los rebeldes, hacían las monturas, las fundas para las pistolas, carrilleras y todo eso de manera clandestina se hacían en aquel tiempo, es un secreto que se tuvo en la familia mucho tiempo".

Igual como se hacía desde entonces, el artesano trabaja principalmente con cuero y los encargos más comunes son; las sillas de montar, fundas para teléfonos, cintos, entre otros productos de material fino.

Y aunque tiene mucha demanda y en ocasiones no se da abasto, considera que la talabartería, es un oficio que poco a poco ha ido desapareciendo.

"Los materiales son muy escasos, las herramientas no son fáciles de encontrar, todo hay que hacer trazos y muchas cosas y por eso es complejo, y ahorita los productos chinos todo es competencia no? es competencia hasta cierto punto, con un clientela que no conoce porque luego me traen a reparar los productos chinos que ni reparación tienen, por eso  es competencia porque inundan un mercado pero después el mismo cliente se da cuenta que no es un producto de calidad".

"Qué es lo que más le gusta de su trabajo? tos porque hay que trazar, dibujar, cortar, darle mantenimiento a las herramientas y todo es muy bonito, la atención al cliente también es muy bonito, y si sale para el sustento de la casa? todo tiene que salir si no mañana cierro, el día que no tenga clientes no vengo".

El hombre ha ganado varios concursos nacionales por su destacada labor, entre ellos, el segundo lugar nacional en la Tercera Exposición de Artesanías 1995 e incluso, forma parte de un grupo de artesanos que han sido reconocidos por el gobierno estatal y que ahora ya cuentan con su credencial que los acredita.

Y aunque después de él, nadie más de su familia se interesó por heredar este bello oficio, Gabriel asegura que mientras pueda, seguirá trabajando para complacer a sus clientes y realizar su trabajo lo mejor posible.