Voceador, un oficio en peligro de extinción

Las rotativas de algunos periódicos locales dejan de imprimir entre las tres o cuatro de lamañana, es ahí cuando comienza la jornada laboral de los voceadores, como don Liborio Barbosa Gutiérrez, un hombre de 53 años de edad que todos los días espera pacientemente a fuera de los edificios periodísticos los periódicos que venderá en el cruce de la avenidas Venustiano Carranza y Felipe Sevilla del Río.

"Si me gusta este trabajo porque convivo con mucha gente me desenfado porque aquí platicó, sonrió y vacilamos/ antes estaba en la glorieta de la Diana Cazadora allá estuve un año y me pasaron para acá".

Anteriormente don Liborio trabajaba como ayudante de obra, sin embargo una lesión en la columna le impidió continuar con el empleo, fue entonces que en el oficio de voceador encontró la manera de salir adelante y un nueva fuente de ingresos.

"Representa que es un poco más fácil para mí porque no tengo que andar levantando cosas pesadas y me retiro más temprano a mi casa..cortar../ poquito de lo que gané aquí y poquito de lo que haga por allá por fuera ya es algo / si mucha gente ya sabe a qué hora llegó, incluso muchas veces dejó el periódico ahí donde está me vengo a comprar un refresco y ya encuentro monedas ahí porque a la gente yo le digo agarren su periódico y se lo llevan ... ya es la confianza que me tienen y yo a ellos ya saben que si no me ven ahí me dejan el dinero".

14 años en el oficio se dicen fácil pero no para don liborio que considera que al empleo al que le tiene tiene mucho cariño poco a poco se va "extinguiendo" a causa de las nuevas herramientas tecnológicas y plataformas digitales.

"yo pienso que cuando mucho unos dos años porque ya ahorita para que se vendan 60 periódicos ya está difícil, si se venden pero con mucho trabajo, antes se vendían aquí 300 periódicos pero ya ahorita con eso del internet gratuito y toda esas cosas nuevas se acabó eso fue lo que a nosotros los voceadores en vez de llevar un poquito más de dinero llevamos menos".

Aunque el oficio desapareciera, Liborio compartió que por siempre se sentirá orgulloso de contarle a sus hijos y familiares que alguna vez perteneció al último pero muy importante eslabón de un periódico.